Debido a la "enorme" profesionalidad del personal contratado por Noriega para la obra, cualquier día de lluvia se convierte en una fiesta en la comunidad. "Prestame un cubo", dicen en el segundo; "ayudame a poner una bolsa de basura en la chimenea", dicen en el primero. De esta manera, Noriega nos ameniza las tardes de domingo lluviosas, y sólo a cambio de 35 años de sudor...¡una ganga!
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